Infancia y educación.

Inicios como escritora.
En 18683 , tras contraer matrimonio con José Quiroga Pérez Deza,1 3 se estableció en Madrid. Los padres de ella se le unieron cuando José Pardo fue nombrado diputado, pero éste se desilusionó pronto de la política y en 18722 toda la familia se marchó a Francia. Viajaron por Europa (Inglaterra, Italia, Alemania) y Emilia aprendió además inglés y alemán. Publica las crónicas de este viaje en el diario El Imparcial —recogidas después en uno de sus libros de viajes, Por la Europa católica (1901)—,
y en ellas denuncia la necesidad de la europeización de España y
recomienda viajar al menos una vez al año como medio para educarse.3
Asidua lectora de los clásicos españoles, se interesó también por las
novedades literarias extranjeras y se dio a conocer como escritora con
un Estudio crítico de las obras del padre Feijoo (1876), con el que ganó un premio, compitiendo en este certamen con Concepción Arenal. Por aquella época, la autora considera al padre Feijoo su ideal literario, posiblemente por su feminismo avant la lettre.3 Este mismo año nace su primer hijo, a quien le dedicará un libro de poemas titulado Jaime, publicado por Francisco Giner de los Ríos3 . En 1879, coincidiendo también con el nacimiento de su primera hija, Blanca, publicó su primera novela, Pascual López, autobiografía ficticia de un estudiante de medicina que se halla influida por la lectura de Pedro Antonio de Alarcón y de Juan Valera, y todavía al margen de la orientación que su narrativa tomaría en la década siguiente.3 El éxito de la novela le lleva a seguir por ese camino, publicando en 1881 Un viaje de novios, una obra curiosamente híbrida, en la que elementos puramente realistas se mezclan con otros propios de la novela de tesis —en este caso, la imprudencia de un matrimonio de conveniencia—4 y con profusas descripciones de paisajes y personajes, que toma de Balzac y Daudet, y que ya anuncian su próximo interés en el Naturalismo.3
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